domingo, 10 de julio de 2011

Pequeño traductor para becarios del periodismo...

Estos días, las redaccciones de los medios de comunicación de toda España se llenan de becarios de verano: chavales que todavía están estudiando Periodismo o Audiovisual, o que acaban este año, y pasarán el verano trabajando, cubriendo vacaciones de los redactores por cuatro duros y persiguiendo la promesa de "si te esfuerzas mucho y lo haces bien, tal vez en septiembre nos quedemos contigo". El problema de estos chavales es que, por mucha atención que presten en clase, aunque lleguen sabiendo qué es la pirámide invertida, qué es un teletipo, qué es hacer balance de blancos o para qué sirven el Quark-x-press o el In design, llegan sin que nadie les enseñe algo muy básico en esta profesión. Decodificar el idioma en clave de las redacciones, algo muy útil para saber anticipar marrones. He aquí una breve muestra:

-"Yo soy un periodista de la vieja escuela". Si esto te lo dice tu jefe inmediato, significa que su parte en la edición digital, sus maquetas y en general todo lo que implique usar el ordenador para algo que no sea jugar al buscaminas te va a tocar a ti.

-"Ese titular no tiene gancho": Ni dios va a leer la noticia si el titular no da carnaza.Y si la información no está totalmente contrastada ni se sostiene demasiado, el condicional es tu amigo: "El Gobierno podría regalar las Islas Canarias a África" (si le hicieran caso a una propuesta de un partido ultraminoritario de ocho freaks de Lanzarote)

-"Este titular no va a funcionar muy bien en google": Méteme por ahí la palabra "indignados", que lo peta mucho y nos va a traer muchas visitas por google. ¿Cómo que no pega con la noticia? "Indignados en el mercado por la escasez de sardina". Listo, ¿ves qué fácil?

- "Esta profesión no tiene horarios, no esperes trabajar de ocho a tres como un funcionario": Si se monta gorda te pueden dar las mil aquí dentro.Ahora, no esperes salir antes si un día hay poca faena o acabas rápido.

-"Tengo un temita para ti que si te lo curras un poco puede quedar genial": Me han encasquetado un marrón que va a ser la muerte a pellizcos así que se lo voy a encasquetar al becario con la excusa de que se vaya soltando.

- "En esta redacción somos como una gran familia". Si entras a trabajar aquí, ya sabes dónde y con quién vas a pasar el día de navidad, ¿no?

-"Vamos a ver qué tal se defiende nuestro becario sin que le estemos tan encima": este finde me pienso ir al FIB, apáñatelas tú con la sección".

-"Aaaaay, si es que estos becarios cómo sois, en cuanto os perdemos un momento de vista nos la liais!". La he cagado soberanamente/he pasado de revisar tu trabajo porque había ido a por las entradas para el FIB, así que me vas a servir de excusa para no comerme la bronca.

sábado, 4 de junio de 2011

Bares, qué lugares.

Una de las cosas más coñazo de ser treintaañera es que cada vez encuentras a menos gente dispuesta a salir de fiesta por ahí. Y encima gran parte de la gente que sí que está dispuesta sale por sitios donde tú no entrarías ni huyendo del asesino de Scream. Y es que varias personas pueden coincidir en decir que les encanta salir de fiesta, pero que el concepto de fiesta de uno no difiera demasiado del concepto de infierno de otro, así que a menos que tengas una gran capacidad de adaptación a todos los entornos, antes de animarte a salir un sábado noche con amigos nuevos, es útil saber por qué bares le gusta moverse, para saber a qué atenerte y no llevarte sorpresas desagradables. Por lo de pronto, y en función de lo que yo me he ido encontrando a lo largo de incontables fines de semana desde la adolescencia a la actualidad, estas son algunas de las posibilidades de locales nocturnos en los que uno puede recalar un sábado noche.

El pub de moda. Música: los principales éxitos de los cuarenta criminales, las canciones del verano en la susodicha estación, algunos éxitos ochenteros para ganarse a la clientela de treintaitantos. Clientela: chicos y chicas vestidos a la moda, luciendo cacho e intentando ligar. Grupillos celebrando despedidas de soltero (los distinguirás por las camisetas con mensaje tipo “Se nos casa el Pichabrava” y por el novio disfrazado de folclórica o similar) o de soltera (las distinguirás por las bandas de miss y las diademas con polla luminosa). Bebida: sucedáneo de garrafón. Características esenciales: lleno a rebosar, más que bailar juegas al tetris intentando encajar tu cuerpo en los huecos que dejan el resto de los clientes. La cola a los baños es tan larga que te compensa irte a tu casa, mear en tu baño y volverte al bar (aunque estés en esa ciudad de Erasmus, te compensa). Antes solían tener lucecitas intermitentes, ahora no hace falta porque están los flash de las cámaras: la mayoría de la gente dedica más tiempo a sacarse “fotos tuenti” que a otra cosa. Suelen tener gorila en la puerta, en teoría para no dejar entrar a gente que provoque problemas, en la práctica para no dejarte entrar con deportivas.

El bar ultrapijo: Música: Similar al pub de moda, pero vetando el reggaeton y similares y con más predominio de grandes éxitos de otras décadas. Además son capaces de meterte un tema de “Siempre así” o similares, porque un grupo que tocó en la boda de Ana Aznar jamás pasará de moda. Clientela: chicos con camisa, jersey encima del hombro (todo de marca buena, faltaría más) y gomina como para domar el pelo de Punset, chicas rubias con mechas con bolsos de Carolina Herrera o Louis Vuitton. En comparación con el pub de moda, donde la mayoría son grupúsculos de solteros en batida de caza mayor, aquí son mucho más frecuentes las pandillitas formadas por parejas. Bebida: cara, muy cara. Por lo general marcas buenas, y especialidad en cócteles y combinados pijiguays. Características esenciales: La media de edad suele ser algo más alta que en el pub de moda. Los baños suelen estar más limpios, y hasta es posible que te encuentes papel higiénico pasadas las tres de la mañana. Si en la puerta del bar gritas “Borja” o “Cuquita”, se girará medio bar.

El pub latino: Música: reggaeton, salsa, merengue, bachata y similares. Los hay en plan más “amateur”, con los grandes éxitos del perreo y la peña arrimando cebolleta como quiere, y los hay donde la gente domina todos los estilos de baile por pareja y si lo más parecido a bailar que sabes hacer es mover el pie palante, pie patrás mientras tomas tu cubata, ni te molestes en ir o vas estar más fuera de lugar que Belén Esteban en Redes. Clientela: tíos con la camisa abierta hasta la mitad (en muchos casos, completando el estilismo, con un crucifjo al cuello enredándose en los pelos del pecho), chonis con escotazo, minifalda a ras de chirri y licra a saco, y grupillos de casadas en su salida trianual de “sólo chicas” que se han metido en el bar al grito de “queremos ir a un bar de los de bailoteo”. Bebida: Si no te gusta demasiado esa música y acabas en un bar de ese tipo, la vas a necesitar en abundancia. Características esenciales: por lo menos en mi ciudad, rara es la noche que no veas a la poli local montando guardia a la puerta.

El bar oscuro: Música: rock (no, Maná no cuenta como rock, y el Canto del Loco tampoco), metal en cualquiera de variantes, algo de punk. En general, cosas que no den opción a montar numeritos de baile. Clientela: heavies, góticos, y gente de estilismos diversos con criterio musical que llegue huyendo de los bares de arriba. Amplio abanico de edades, desde universitarios amantes del rock y del calimocho a buen precio a jevis de la vieja escuela que ya andaban de bares cuando Iron Maiden empezó a sacar discos. Bebida: Cerveza, calimocho, cubatas varios. Predominio del garrafón sobre todo en los bares de clientela más juvenil, de cuando en cuando encuentras algún sitio donde ponen copas “de verdad” a precios apañados. Si lo encuentras que no se corra la voz, o atraerás a los pijos. Características esenciales: utilizar sus baños te convalida hasta tres vacunas a la hora de viajar a África.

El bar modernillo-gafapasta. Música: pop Indie, electrónica, rock (o eso dicen), todo ello con una característica común: que a los grupos que tocan ahí no los conozca ni Perry. En el momento en que salen en Radio 3, se han convertido en “demasiado comerciales”, así que desde ese momento cuando suenen en el bar hay que poner cara de suficiencia y desprecio y decir “se han vendido totalmente”. Clientela: como su propio nombre indica, gafapastas y modernillos. Bebida: cara, más detalles en “Características Esenciales”. Características esenciales: pasión por recuperar tradiciones rancias y viejunas pero dándole un remozado “kirtsch” para que todo sea como muy irónico, con la consiguiente subida de precios. Así, un bar con barra de mármol, calendario de la Plaza de las Ventas, poster de señorita en bolas de cuando el destape y camarero setentón sirviendo “sol y sombras” y “carajillos” por un euro, es un bar de viejos de toda la vida. Ahora bien, si dejando el bar igual sustituimos al camarero viejuno por una drag y subimos el precio de los sol y sombras y los carajillos a cuatro euros, es un bar ultramoderno que hace una revisitación irónica de las tradiciones más rancias de la tasca española. Con un par.

El after: Música: A unos les da por el rock, a otros por la música petarda… en cualquier caso, abren a la seis de la madrugada y la gente llega tajadísima, podrían ponerte los grandes éxitos de Parchís o dejar el Spotify con sus anuncios de Melendi de por medio que mucha gente no se iba a coscar. Clientela: Golfos cierrabares que consideran una noche floja si cuando te metes en la cama aún no es de día, e inasequibles al desaliento que quieren quemar todos los cartuchos antes de renunciar a pillar cacho esa noche. Bebida: garrafón del más infernal, te sale más a cuenta tomar chupitos de aceite de motor. Características esenciales: Son los últimos cartuchos para ligar esa noche y la gente lo da todo y se muestra más receptiva, así que vivir en las inmediaciones de uno de estos y tener que madrugar un sábado/domingo te puede garantizar un bonito episodio de porno en vivo gratis…

martes, 31 de mayo de 2011

Mamá, quiero ser bloguera de moda

Igual son imaginaciones mías, igual ya estaban de antes y no me había enterado. Pero ahora que estoy intentando sacudirme la pereza de escribir más de 140 caracteres y volver al blogomundo (esta vez sí que vuelvo, de verdad de la buena), echando un vistazo a ver qué se cuece me he encontrado con que hay un aluvión de blogs de moda en los que las blogueras suben fotos de sus modelitos y de sus adquisiciones (Crisis?What crisis?). Las hay para todos los gustos, desde “gurús” que se han convertido en celebrities en toda regla y reciben invitaciones a Cibeles o propuestas para diseñar prendas para tal o cual firma de ropa, a submileuristas que muestran cómo sacan partido a su presupuesto y se montan sus modelitos tirando de Primark y mercadillo.

Algunas sacan cosas monas y hasta puedes pillar ideas, muchas van clónicas entre ellas, y algunas se montan unos estilismos con los que no creo que nadie haya tenido huevos de salir a la calle a menos que esté en carnavales o en las novatadas del colegio mayor (y ni así). Visto lo visto, con más o menos aspiraciones, cualquiera puede sumarse a la moda de los blogs de moda, valga la redundancia. Sólo hay que tener claros tres o cuatro principios y dominar el vocabulario específico. Y ahí, amigas, es donde entra esta guía.

Punto número uno, las cosas que necesitas para ponerte a la tarea:

- Un nombre que indique de qué va la cosa: para ello debe incluir por lo menos una de estas palabras: “moda, fashion, trendy, cool, look, style, chic”.
- Un ser querido que te haga las fotos. Porque mucho te tiene que querer alguien para hacerte de fotógrafo en sesiones improvisadas cada vez que te cambias de ropa: “Cari, sácame unas fotos que quiero subir mi outfit para ir al Mercadona”. Si tu novio, marido, madre o compañera de piso no tiene tanta paciencia, invierte en un trípode.
- Un fondo de armario tirando a abundante, o posibilidades de ampliarlo. Aunque sea con cosas del todo a chino, pero que haya material nuevo todos los días: con una foto diaria de tus vaqueros con la camiseta de turno no vas a llegar muy lejos.
- Dominar las dos poses básicas, a saber: Apoyada en una pared, con una pierna doblada para apoyar el pie en el susodicho muro y mirando para un lado distraída; cabeza ladeada, mirada al suelo y pies para dentro. Ya cuando tengas soltura irás probando más cosas, pero esto es lo fundamental para empezar.

Tienes esas cosas? Bien. Ya puedes lanzarte a la tarea de escribir, eso sí, teniendo en cuenta que debes dominar el argot. Hay una terminología básica que vas a usar independientemente de que seas una modelo que muestra cómo se viste fuera de las pasarelas para moverse por Milán, o que estés en paro y vayas a enseñar cómo sacar partido a tu mínimo presupuesto en el mercadillo. He aquí los términos básicos, con su traducción al lenguaje del común de los mortales:

-Outfit: El modelito. La combinación de todo lo que llevas puesto en esos momentos. Por ejemplo, tu foto de “Outfit para sacar a pasear a Toby”, compuesto por pantalón de chándal Decathlon, camiseta “en mi boca no entran moscas pero entran pollas como roscas” de la despedida de soltera de tu amiga Manoli, sudadera del chándal del colegio de los hermanos maristas (vintage), deportivas marca Pluma del mercadillo, riñonera de los chinos pa llevar las llaves y las bolsitas de plástico.
- Vintage: En el universo blogueril, cualquier prenda de antigüedad comprendida entre hace cinco temporadas y la Sábana Santa. Cualquier cosa que no recuerdes/sepas que había en los armarios de tu casa y que no sea última tendencia es bienvenida en un outfit si lo bautizas como vintage: da igual que sea un vestido de los años 50 perteneciente a tu abuela que hayas llevado a arreglar para ponerlo tú (que por ahí irían en sus inicios los tiros del término vintage) a que sea una camiseta de los Hombres G que le había venido a tu hermana mayor de regalo con una Super Pop en el 87.
- Old: difusa franja intermedia entre lo vintage y lo actual. Aquí entraría cualquier cosa que no esté ya a la venta en la tienda en concreto donde lo compraste. Así, por ejemplo, si para la boda de tu amiga Manoli te pones el vestido que usó tu hermana para su graduación hace diez años, llevas una prenda vintage. Si para la boda de tu amiga Manoli le pides a tu hermana el vestido que llevó la pasada nochevieja, es old.
-Trendy: cualquier combinación extraña de prendas que se haya puesto recientemente una de las blogueras superinfluyentes o una “it girl”. Da igual que la gente te mire raro por la calle, que el atuendo resultante quede sospechosamente similar al del Señor Barragán o que con tu pandero y ese mono parezcas el teletubbie morado. Si se lo ha puesto una de las de Gossip Girl o la bloguera de moda, es trendy y tienes que hacer tu versión del modelito.
-It girl: chica famosa por llevar siempre cosas trendys que todo el mundo va a acabar copiando. Sale siempre en las revistas de moda. Algunas son actrices, y muchas no se sabe exactamente a qué se dedican, pero oye, como el Vogue las saque saliendo del Starbucks con chanclas y calcetines, de repente será super cool.

Y con esto ya tenéis para ir empezando.Si alguna se anima y llega a gurú famosa de esas a las que invitan a desfiles y regalan prendas para que haga promoción, cualquier regalo de agradecimiento será bienvenido...

lunes, 23 de agosto de 2010

Chungología para principiantes: La mosquita muerta

Nos encontramos ante uno de los tipos de chungo (habitualmente, pero no necesariamente, chunga), más peliagudos de manejar. Porque el chungo resentido, con todos sus defectos, tiene una clara ventaja, y es que emana chunguedad por cada uno de sus poros, y habitualmente la gran mayoría de la gente se pone en guardia: únicamente el amigo “parasitado” puede pasar una larga temporada ajeno a la verdad. Con la chunga mosquita muerta (por cuestiones de concordancia hablaré en femenino, pero conste que también existen chungos mosquitos muertos), sucede lo contrario. De cara a la galería parece tan desvalida, inofensiva e insignificante que los primeros en advertir detalles sospechosos y alertar al resto de la manada serán tachados de paranoicos o de criticones. Y es que, ¿qué daño puede hacer una persona que jamás es capaz de plantarle cara a nadie, ni de decir una palabra más alta que otra, y que continuamente necesita protección?

A estas alturas, quienes hayan padecido en su entorno a alguna chunga mosquita muerta ya se habrán olido que por ahí precisamente van los tiros: lo que hace a este ejemplar tan conflictivo es que ha desarrollado una técnica depuradísima para meterse en mil jardines y, una vez las cosas se ponen feas, poner cara de perrito Tristón o de damisela en apuros y esperar a que sea el novio o amigo/a de turno quien adopte un papel protector, se haga cargo del marrón y haga de “poli malo”.

La principal arma de la que se valen las mosquitas muertas para salir indemnes de cualquier embolado es, naturalmente, el llanto. En el momento en que alguien les vea el plumero y les plante cara; en el momento en que te des cuenta de que la mosquita lleva demasiado tiempo chupándote la sangre y le dices que se empiece a apañar solita; o en general, en cualquier situación en la que las cosas pinten desfavorables para ella, su solución será poner cara de Candy Candy y empezar con el lagrimeo (Años de práctica hacen que sean capaces de estar monas llorando: ni se les hinchan los ojos, ni moquean, ni se congestionan ni na). La mosquita muerta es esa amiga a la que gritas cuando la descubres duchándose en bolas con tu novio, y te dice con los ojos bañados en lágrimas que no valoras sus esfuerzos por ahorrar agua. Y tiene una técnica tan depurada, que efectivamente conseguirá conmover al personal y al final todos se pondrán de su parte y te acabarán diciendo que desde luego, tía, cómo te pasas. Ya has hecho llorar a la pobre…

viernes, 2 de abril de 2010

Temporada de setas

Con los años, me he convertido en una gran experta en setas. No en vano componen aproximadamente el 100% de mi círculo social en mi city. Cosas de la edad, supongo, ya que, en la mayoría de entornos sociales, la temporada de setas comienza en algún momento entre los veintitantos y los treintaypocos (por lo general a raíz de algún cambio como echarse pareja formal o pasar de la vida de estudiante al mundo laboral) y dura hasta... bien, en muchos casos es un fenómeno irreversible. La persona afectada empieza quedándose algún sábado en casa y decidiendo que se está la mar de a gusto viendo a la Patiño en la tele mientras se toma una pizza, y unos años después, si sigue manteniendo algún contacto con sus amigos de antes es porque les envía cervezas o cafés virtuales por el Facebook. Aunque también hay casos documentados en los que, tras un período setil intenso causado por relación seria o matrimonio, la seta termina la relación que le llevó a ese estado y sufre un proceso de "des-setización" extrema, deseando recuperar cuanto antes el tiempo perdido.

Una de las primeras señales de alarma que indican que el lado setil de la fuerza se está apoderando de tu entorno es que cada vez hace falta más tiempo de preaviso y planificación para organizar cualquier plan, mientras que la gente sigue haciendo gala de una espontaneidad envidiable a la hora de las cancelaciones. A lo mejor a los veintipocos quedabas con una amiga a las cinco de la tarde para ir de tiendas, de la tienda te ibas a tomar una caña, con las cañas se os hacía tarde y os pedíais unos pinchos para cenar, decidíais tomaros una copichuela para bajar los pinchos y acabábais a las ocho y media de la mañana desayunando a la salida del after.

Pero cuando tus amigas se empiezan a dejar captar por el lado seta, las cosas son un poco diferentes. A lo mejor estáis tomando un café, a las ocho de la tarde de un sábado cualquiera, y tú propones iros a cenar por ahí (lo de salir luego planeas dejarlo caer a los postres, que si lo dices todo junto ya se te agobian ante tanto derroche de actividad). Y una te dice que es que ya se había hecho a la idea de no salir esa noche y madrugar al día siguiente para limpiar la cubertería de plata, la otra que es que está haciendo la dieta de los puntos y que al haberse tomado esa caña contigo sólo le quedan puntos suficientes a gastar para mascar un apio al llegar a casa, otra más que es que esa mañana curró y está cansada, y otra más que no ha currado pero que la semana que viene va a currar mucho y va a cansarse, por lo que tiene que reservar fuerzas. Finalmente acordais cenar al sábado siguiente, os tiráis tres días a emails para decidir la hora y el lugar (que a mí no me lleves a un italiano que es que son puros hidratos, estáis boicoteando mi dieta para que siga siendo la gordita del grupo, que a mí no me hagas ir a un restaurante del centro que no tengo donde aparcar, y como no voy a salir después no me compensa si no es en mi barrio, que no reserveis para las diez de la noche que es muy pronto, que yo salgo de currar a las nueve y media, que no reserveis para las once que es muy tarde, que yo mañana madrugo que voy a casa de los suegros...), y cuando por fin conseguís concretar, llega el día señalado y, en las cinco horas previas a la cena, se caerán del plan por lo menos dos o tres personas vía sms ("No voy, cansada de currar", "No voy, tengo la regla y me siento mal", "No voy, estoy en pijama viendo la tele y ahora me da pereza cambiarme").

En cualquier caso, y aunque el resultado es el mismo (apalancamiento supremo), no todas las setas usarán las mismas excusas para darte plantón. En cierto modo, dime qué argumento das para quedarte en casa y te diré qué tipo de seta eres:

-"Estoy en pijama y ya me había hecho a la idea de no salir". Ésta viene a ser la seta pata negra. No es que se haga seta con el tiempo, es que lo es de siempre. Está impreso en su código genético. Se haría un tatuaje de "no sin mi sofá y mi pijama" si no fuera porque eso requeriría levantarse, vestirse y desplazarse hasta el tatuador de turno. Ni siquiera ve necesario inventarse una excusa para cancelar un plan, porque para ella (hablo en femenino por mi experiencia más cercana y por concordancia con el término seta, pero conste que también existen "setos") el hecho de que no le apetezca levantarse del sofá le parece un motivo harto suficiente.

-"Es que al llegar a casa tengo que poner la lavadora, porque si lo dejo para mañana por la mañana no podré tender la colada hasta el mediodía, y eso me retrasará también la limpieza de los cristales y la de los baños". Ésta vendría a ser la seta cuadriculada. Se hace unos horarios para sus rutinas diarias y no los mueve por nada del mundo. Se les aparece Saywer el de Lost en gayumbos con un bote de aceite para masajes y le mandan a paseo porque es que si ahora pringa la cama de aceite de masajes y otros fluidos luego tendrá que cambiar las sábanas, y eso le retrasará para quitarse de encima toda la ropa que tiene pendiente de planchar. Las primeras veces que te salga con algún argumento de este tipo intentarás convencerla de que no pasa nada por que la cubertería de plata se limpie un día antes o un día más tarde, y te mirará como si se hubiera quejado de que no llega a fin de mes y le hubieras propuesto vender a su hermana por piezas en las subastas clandestinas de órganos de internet.

-"Jo, hoy paso de salir que estoy muy cansada, pero el sábado que viene salimos y hasta el amanecer, rompemos con todo, juerga salvaje y desenfreno". O dicho de otra forma, la seta que no quiere asumir que es una seta. Ni que decir tiene que al sábado siguiente volverá a estar muy cansada, y te asegurará que para el siguiente fin de semana será cuando esté dispuesta a salir hasta las quince mil, y así hasta el final de los tiempos. Es cómo el chiste aquel de "Papá, siempre comemos pan de ayer, ¿cuándo podremos comer pan de hoy?""Mañana, hijo, mañana".

- "Es que hoy voy con Javi a ver el fútbol"/"Lo dejé con Javi, hoy salimos, ¿no?: La seta intermitente. Alterna dos estados. Un estado de emparejamiento en el que la pierdes de vista totalmente porque únicamente hace planes con su churri o, en todo caso, con su churri y otras parejas. Y un estado de soltería (cuando lo deja con el maromo de turno) en el que no te deja ni a sol ni a sombra porque sólo quiere salir, pasarlo bien y desmadrar... hasta que en una de esas conoce nuevo churri y vuelta al punto inicial.

-"Es que nosotros ya hemos madurado". Setas en pareja cuyo plan del sábado noche es quedarse viendo la tele (y quiero pensar que el plan incluirá al menos un polvo, aunque sea en el descanso del partido). En sus tiempos de soltería salían para ver si pillaban cacho, así que ahora que ya tienen pareja les parece tiempo perdido. De hecho, salir de fiesta ahora que llevas unos años emparejado sólo servirá para que tu churri pueda compararte con el "ganado" que sigue pastando libremente por ahí... De cuando en cuando se produce un acontecimiento cósmico de esos que decía Leire Pajín, y pueden salir con los/las colegas sin la presencia de la media naranja (despedidas de soltero o similares). Y ahí te puedes encontrar con dos posibilidades: el superseta que se tira toda la noche mensajeándose con su churri y se va a casa el primero, o el que aprovecha el primer aire de libertad para desmelenarse, se pilla un cogorzón del quince y pone las vidas de sus amigos en serio peligro (bien porque se ponga "tonto" con la gente y se busque una pelea, bien porque intente hacerse el guay o el superligón y esté a punto de matar al personal de vergüenza ajena...)

jueves, 25 de marzo de 2010

Señoras que tienen amigos por compromiso en Facebook...

Dicen que los amigos se pueden contar con los dedos de una mano. Otra cosa es los amigos de Facebook, que parece que si bajas de 40 eres un paria social (aunque si subes de 200 seguramente eres un fantasma que se ha hecho amigo de cinco personas y 195 perfiles públicos para hacer bulto). Y naturalmente, amigos-amigos, en el Facebook como en la vida, tendrás un puñadito. Lo demás serán conocidos, compañeros de trabajo, ex compañeros de cole o facultad que te vas encontrando por ahí, novios o familiares de tus colegas… Yo hace tiempo que estoy convencida de que haría falta un protocolo de redes sociales, para saber cuándo conviene agregar a alguien y cuándo es tomarse demasiadas confianzas, y ya de paso, cómo rechazar una solicitud de amistad que no te apetece ni un poquito sin crear un conflicto diplomático. Porque si te agrega un perfecto desconocido que vio tu foto en algún grupo puedes darle a ignorar sin mayor remordimiento con el sobradísimo motivo de “yo sólo agrego a gente que conozco”, pero, ¿qué hay de la gente que sí conoces, que tratas con cierta frecuencia y que te puede pedir explicaciones? He aquí algunos ejemplos de lo que quiero decir: Tú abres el Facebook y te encuentras con que….

-“Tu jefe” te ha agregado como amigo de Facebook. De lo mejor que te puede pasar, vamos: Va a ver tus fotos en la despedida de soltera de tu amiga maripili con unas bragas rosas de cuello vuelto por encima de los vaqueros, se va a coscar de tus actualizaciones de estado en horario laboral, y a lo mejor pilla la indirecta si ve que has colgado ese bonito video musical de los Mojinos Escozíos que dice algo del tipo “queremos pan, queremos vino, queremo’ al jefe colgao de un pino”.

-“Tu prima la cotilla repelente” te ha agregado como amiga de Facebook: va a controlar tu estado sentimental, el número de maromos que tienes agregados como amigos, tus fotos de juerga o con el parejo o rollete de turno, y vas a ser el tema de conversación de todas las reuniones familiares hasta el infinito y más allá…(No, no cabe la opción de contraatacar usando la información que veas sobre ella: o está casada y sólo sube chorrocientas mil fotos de sus churumbeles, o no tiene vida propia y en su muro solo hay notificaciones del Farmville y mensajes de las gallegas de la fortuna).

-“Tu ex novio con el que quedaste como amigos pero por el que en realidad sigues pillada” te ha agregado como amigo de Facebook: Este lo malo es que lo agregas con toda la ilusión pensando que así intensificaréis el contacto y se reenamorará de ti leyendo tus ingeniosas actualizaciones de estado y viendo tus álbums de fotos en los que saldrás divina de la muerte. Y al final acabas viendo su foto de perfil abrazado a tu sucesora, los álbums de sus escapaditas románticas a Venecia o a París, y leyendo los mensajes hipercursis que se dejan en el muro. (Existe la posibilidad de que “Tu ex novio con el que acabaste como el rosario de la aurora” te ha agregado como amigo, pero a ese lo puedes mandar a tomar viento con menos diplomacia).
- “Tu amiga la saturadora de email” te ha agregado como amiga de Facebook: igual es maja y le tienes mucho aprecio, pero si cada día te encuentras en la bandeja de entrada del correo 30 mensajes suyos con cadenas del amor y la suerte, powerpoints de fotos de bebés y hoax apocalípticos varios, no creas que en el caralibro va a resultar menos molesta. Te va a freir a solicitudes: Cada día te habrá mandado quince besos, seis abrazos, ocho rosas de la suerte, dieciséis bichos varios de Farmville, y te habrá invitado a unirte a grupos de lo más bizarro, porque ella, naturalmente, se apunta todo y te invita a todo (Es la típica que se habrá unido al grupo de la Mesa pola Normalización Lingüística y al club de fans de Rosa Díez, y ten por seguro que te va a invitar a ambos, o a “Por la defensa de la fiesta nacional” y “La tortura no es arte ni cultura”, y tres cuartos de lo mismo).
- “El novio insufrible de tu amiga” te ha agregado como amigo en Facebook. Te cae como una patada en los ovarios y te agobia que cada vez que quedes con tu amiga tenga que estar él presente criticando todo lo que se haga o se diga… ahora también podrá leer tu muro para criticar los grupos chorras a los que te unes, lo mal que sales en las fotos que cuelgas y las gilipolleces que te escriben el resto de sus contactos… Y tú pasa de agregarlo, que tu amiga te monta un drama que “Rompiendo las olas” en comparación es “Los Bingueros”.
- “Tu madre” te ha agregado como amiga en Facebook. En mi caso estoy a salvo porque en mi casa tecnológicamente están de lo más atrasados y tengo que acercarme al hogar materno hasta cuando quieren comprar un partido de futbol en el Plus, pero a menos que tu caralibro sea muy aburrido o tu madre muy enrollada, verás irse por el desagüe todo reducto de intimidad conquistado desde la primera vez que en los albores de tu adolescencia echaste el pestillo en tu cuarto…

martes, 9 de marzo de 2010

The Musical

Últimamente veo todas las series que me interesan en el ordenador y tengo a mi pobre tele criando polvo, así que hasta hoy, que se me ocurrió comer viendo "Sé lo que hicisteis", no me había enterado que se se está preparando un musical inspirado en "Cuéntame cómo pasó". Llegados a este punto, y después de oir hablar de musicales de Mecano, musicales de Abba, musicales de Nacho Cano que no me queda muy claro de qué van, nuevas versiones de Grease, y hasta un musical de Willie Fogg , tal vez quepa hacerse la pregunta... ¿qué será lo próximo?

Y al igual que en su momento os di algunos consejillos por si queríais vivir del cuent iniciar una carrera literaria basada en la moda de clásicos mezclados con zombies, he aquí unos consejillos sobre taquilleras series de televisión que pueden llenar los teatros... y tu bolsillo.

"CSI" el Musical. Una trepidante combinación de pruebas criminológicas, divertidos enredos amorosos y pegadizas canciones. En la versión española, Grissom es interpretado por Miguel Ángel Muñoz, el de Upa Dance.

"Lost", el Musical. Impresionante puesta en escena con los restos del avión estrellado, los búnkers y la espesura de la selva. Tony al mejor vestuario por los monos ceñidos con lentejuelas de la iniciativa Dharma, impresionante el tango a tres en el que Sawyer y Jack se disputan a Kate como compañera de baile. En una pequeña licencia poética, el humo negro es de color violeta, y de vez en cuando se proyecta hacia el patio de butacas con el consabido susto del público, para hacer el espectáculo más interactivo.

"V", el musical. Llegaron en naves procedentes de un planeta muy lejano dispuestos a compartir con nosotros nuevos ritmos y coreografías sorprendentes, pero no son lo que dicen ser. Mike Donovan y Julie Parrish se encargarán de evitar que Diana liquide a la humanidad... no sin antes darle una lección sobre la pista de baile.

"House, el musical". Cínico y borde a primera vista y con problemas de cojera que le obligan a usar bastón, House olvida sus dolores y su mal carácter cuando se enfrenta a un desafío médico. Los diagnósticos diferenciales musicalizados, en los que House y su equipo debaten síntomas cantando pegadizas canciones, son la nota más distintiva de este musical, junto a los números de claqué del protagonista, con bastón y todo. Merecedora de un Tony por el tema "It's not Lupus".

"Oliver y Benji", el musical. Fútbol y baile se mezclan en el primer musical al que podrás llevar a tu novio sin que proteste. Diecisiete números musicales con los que los principales protagonistas de la serie evocan su vida, a modo de flashbacks durante la tanda de penaltys de la final del campeonato. Con Joaquín Cortés en el papel de Mark Lenders.

Actualización: Edito para linkar este post indicado por Illuminatus, en el que lo que se proponen son versiones musicales para peliculas, que tampoco tienen desperdicio. Yo pagaría por ver "La jungla de cristal: el Musical", sin duda...