domingo, 10 de julio de 2011

Pequeño traductor para becarios del periodismo...

Estos días, las redaccciones de los medios de comunicación de toda España se llenan de becarios de verano: chavales que todavía están estudiando Periodismo o Audiovisual, o que acaban este año, y pasarán el verano trabajando, cubriendo vacaciones de los redactores por cuatro duros y persiguiendo la promesa de "si te esfuerzas mucho y lo haces bien, tal vez en septiembre nos quedemos contigo". El problema de estos chavales es que, por mucha atención que presten en clase, aunque lleguen sabiendo qué es la pirámide invertida, qué es un teletipo, qué es hacer balance de blancos o para qué sirven el Quark-x-press o el In design, llegan sin que nadie les enseñe algo muy básico en esta profesión. Decodificar el idioma en clave de las redacciones, algo muy útil para saber anticipar marrones. He aquí una breve muestra:

-"Yo soy un periodista de la vieja escuela". Si esto te lo dice tu jefe inmediato, significa que su parte en la edición digital, sus maquetas y en general todo lo que implique usar el ordenador para algo que no sea jugar al buscaminas te va a tocar a ti.

-"Ese titular no tiene gancho": Ni dios va a leer la noticia si el titular no da carnaza.Y si la información no está totalmente contrastada ni se sostiene demasiado, el condicional es tu amigo: "El Gobierno podría regalar las Islas Canarias a África" (si le hicieran caso a una propuesta de un partido ultraminoritario de ocho freaks de Lanzarote)

-"Este titular no va a funcionar muy bien en google": Méteme por ahí la palabra "indignados", que lo peta mucho y nos va a traer muchas visitas por google. ¿Cómo que no pega con la noticia? "Indignados en el mercado por la escasez de sardina". Listo, ¿ves qué fácil?

- "Esta profesión no tiene horarios, no esperes trabajar de ocho a tres como un funcionario": Si se monta gorda te pueden dar las mil aquí dentro.Ahora, no esperes salir antes si un día hay poca faena o acabas rápido.

-"Tengo un temita para ti que si te lo curras un poco puede quedar genial": Me han encasquetado un marrón que va a ser la muerte a pellizcos así que se lo voy a encasquetar al becario con la excusa de que se vaya soltando.

- "En esta redacción somos como una gran familia". Si entras a trabajar aquí, ya sabes dónde y con quién vas a pasar el día de navidad, ¿no?

-"Vamos a ver qué tal se defiende nuestro becario sin que le estemos tan encima": este finde me pienso ir al FIB, apáñatelas tú con la sección".

-"Aaaaay, si es que estos becarios cómo sois, en cuanto os perdemos un momento de vista nos la liais!". La he cagado soberanamente/he pasado de revisar tu trabajo porque había ido a por las entradas para el FIB, así que me vas a servir de excusa para no comerme la bronca.

sábado, 4 de junio de 2011

Bares, qué lugares.

Una de las cosas más coñazo de ser treintaañera es que cada vez encuentras a menos gente dispuesta a salir de fiesta por ahí. Y encima gran parte de la gente que sí que está dispuesta sale por sitios donde tú no entrarías ni huyendo del asesino de Scream. Y es que varias personas pueden coincidir en decir que les encanta salir de fiesta, pero que el concepto de fiesta de uno no difiera demasiado del concepto de infierno de otro, así que a menos que tengas una gran capacidad de adaptación a todos los entornos, antes de animarte a salir un sábado noche con amigos nuevos, es útil saber por qué bares le gusta moverse, para saber a qué atenerte y no llevarte sorpresas desagradables. Por lo de pronto, y en función de lo que yo me he ido encontrando a lo largo de incontables fines de semana desde la adolescencia a la actualidad, estas son algunas de las posibilidades de locales nocturnos en los que uno puede recalar un sábado noche.

El pub de moda. Música: los principales éxitos de los cuarenta criminales, las canciones del verano en la susodicha estación, algunos éxitos ochenteros para ganarse a la clientela de treintaitantos. Clientela: chicos y chicas vestidos a la moda, luciendo cacho e intentando ligar. Grupillos celebrando despedidas de soltero (los distinguirás por las camisetas con mensaje tipo “Se nos casa el Pichabrava” y por el novio disfrazado de folclórica o similar) o de soltera (las distinguirás por las bandas de miss y las diademas con polla luminosa). Bebida: sucedáneo de garrafón. Características esenciales: lleno a rebosar, más que bailar juegas al tetris intentando encajar tu cuerpo en los huecos que dejan el resto de los clientes. La cola a los baños es tan larga que te compensa irte a tu casa, mear en tu baño y volverte al bar (aunque estés en esa ciudad de Erasmus, te compensa). Antes solían tener lucecitas intermitentes, ahora no hace falta porque están los flash de las cámaras: la mayoría de la gente dedica más tiempo a sacarse “fotos tuenti” que a otra cosa. Suelen tener gorila en la puerta, en teoría para no dejar entrar a gente que provoque problemas, en la práctica para no dejarte entrar con deportivas.

El bar ultrapijo: Música: Similar al pub de moda, pero vetando el reggaeton y similares y con más predominio de grandes éxitos de otras décadas. Además son capaces de meterte un tema de “Siempre así” o similares, porque un grupo que tocó en la boda de Ana Aznar jamás pasará de moda. Clientela: chicos con camisa, jersey encima del hombro (todo de marca buena, faltaría más) y gomina como para domar el pelo de Punset, chicas rubias con mechas con bolsos de Carolina Herrera o Louis Vuitton. En comparación con el pub de moda, donde la mayoría son grupúsculos de solteros en batida de caza mayor, aquí son mucho más frecuentes las pandillitas formadas por parejas. Bebida: cara, muy cara. Por lo general marcas buenas, y especialidad en cócteles y combinados pijiguays. Características esenciales: La media de edad suele ser algo más alta que en el pub de moda. Los baños suelen estar más limpios, y hasta es posible que te encuentes papel higiénico pasadas las tres de la mañana. Si en la puerta del bar gritas “Borja” o “Cuquita”, se girará medio bar.

El pub latino: Música: reggaeton, salsa, merengue, bachata y similares. Los hay en plan más “amateur”, con los grandes éxitos del perreo y la peña arrimando cebolleta como quiere, y los hay donde la gente domina todos los estilos de baile por pareja y si lo más parecido a bailar que sabes hacer es mover el pie palante, pie patrás mientras tomas tu cubata, ni te molestes en ir o vas estar más fuera de lugar que Belén Esteban en Redes. Clientela: tíos con la camisa abierta hasta la mitad (en muchos casos, completando el estilismo, con un crucifjo al cuello enredándose en los pelos del pecho), chonis con escotazo, minifalda a ras de chirri y licra a saco, y grupillos de casadas en su salida trianual de “sólo chicas” que se han metido en el bar al grito de “queremos ir a un bar de los de bailoteo”. Bebida: Si no te gusta demasiado esa música y acabas en un bar de ese tipo, la vas a necesitar en abundancia. Características esenciales: por lo menos en mi ciudad, rara es la noche que no veas a la poli local montando guardia a la puerta.

El bar oscuro: Música: rock (no, Maná no cuenta como rock, y el Canto del Loco tampoco), metal en cualquiera de variantes, algo de punk. En general, cosas que no den opción a montar numeritos de baile. Clientela: heavies, góticos, y gente de estilismos diversos con criterio musical que llegue huyendo de los bares de arriba. Amplio abanico de edades, desde universitarios amantes del rock y del calimocho a buen precio a jevis de la vieja escuela que ya andaban de bares cuando Iron Maiden empezó a sacar discos. Bebida: Cerveza, calimocho, cubatas varios. Predominio del garrafón sobre todo en los bares de clientela más juvenil, de cuando en cuando encuentras algún sitio donde ponen copas “de verdad” a precios apañados. Si lo encuentras que no se corra la voz, o atraerás a los pijos. Características esenciales: utilizar sus baños te convalida hasta tres vacunas a la hora de viajar a África.

El bar modernillo-gafapasta. Música: pop Indie, electrónica, rock (o eso dicen), todo ello con una característica común: que a los grupos que tocan ahí no los conozca ni Perry. En el momento en que salen en Radio 3, se han convertido en “demasiado comerciales”, así que desde ese momento cuando suenen en el bar hay que poner cara de suficiencia y desprecio y decir “se han vendido totalmente”. Clientela: como su propio nombre indica, gafapastas y modernillos. Bebida: cara, más detalles en “Características Esenciales”. Características esenciales: pasión por recuperar tradiciones rancias y viejunas pero dándole un remozado “kirtsch” para que todo sea como muy irónico, con la consiguiente subida de precios. Así, un bar con barra de mármol, calendario de la Plaza de las Ventas, poster de señorita en bolas de cuando el destape y camarero setentón sirviendo “sol y sombras” y “carajillos” por un euro, es un bar de viejos de toda la vida. Ahora bien, si dejando el bar igual sustituimos al camarero viejuno por una drag y subimos el precio de los sol y sombras y los carajillos a cuatro euros, es un bar ultramoderno que hace una revisitación irónica de las tradiciones más rancias de la tasca española. Con un par.

El after: Música: A unos les da por el rock, a otros por la música petarda… en cualquier caso, abren a la seis de la madrugada y la gente llega tajadísima, podrían ponerte los grandes éxitos de Parchís o dejar el Spotify con sus anuncios de Melendi de por medio que mucha gente no se iba a coscar. Clientela: Golfos cierrabares que consideran una noche floja si cuando te metes en la cama aún no es de día, e inasequibles al desaliento que quieren quemar todos los cartuchos antes de renunciar a pillar cacho esa noche. Bebida: garrafón del más infernal, te sale más a cuenta tomar chupitos de aceite de motor. Características esenciales: Son los últimos cartuchos para ligar esa noche y la gente lo da todo y se muestra más receptiva, así que vivir en las inmediaciones de uno de estos y tener que madrugar un sábado/domingo te puede garantizar un bonito episodio de porno en vivo gratis…

martes, 31 de mayo de 2011

Mamá, quiero ser bloguera de moda

Igual son imaginaciones mías, igual ya estaban de antes y no me había enterado. Pero ahora que estoy intentando sacudirme la pereza de escribir más de 140 caracteres y volver al blogomundo (esta vez sí que vuelvo, de verdad de la buena), echando un vistazo a ver qué se cuece me he encontrado con que hay un aluvión de blogs de moda en los que las blogueras suben fotos de sus modelitos y de sus adquisiciones (Crisis?What crisis?). Las hay para todos los gustos, desde “gurús” que se han convertido en celebrities en toda regla y reciben invitaciones a Cibeles o propuestas para diseñar prendas para tal o cual firma de ropa, a submileuristas que muestran cómo sacan partido a su presupuesto y se montan sus modelitos tirando de Primark y mercadillo.

Algunas sacan cosas monas y hasta puedes pillar ideas, muchas van clónicas entre ellas, y algunas se montan unos estilismos con los que no creo que nadie haya tenido huevos de salir a la calle a menos que esté en carnavales o en las novatadas del colegio mayor (y ni así). Visto lo visto, con más o menos aspiraciones, cualquiera puede sumarse a la moda de los blogs de moda, valga la redundancia. Sólo hay que tener claros tres o cuatro principios y dominar el vocabulario específico. Y ahí, amigas, es donde entra esta guía.

Punto número uno, las cosas que necesitas para ponerte a la tarea:

- Un nombre que indique de qué va la cosa: para ello debe incluir por lo menos una de estas palabras: “moda, fashion, trendy, cool, look, style, chic”.
- Un ser querido que te haga las fotos. Porque mucho te tiene que querer alguien para hacerte de fotógrafo en sesiones improvisadas cada vez que te cambias de ropa: “Cari, sácame unas fotos que quiero subir mi outfit para ir al Mercadona”. Si tu novio, marido, madre o compañera de piso no tiene tanta paciencia, invierte en un trípode.
- Un fondo de armario tirando a abundante, o posibilidades de ampliarlo. Aunque sea con cosas del todo a chino, pero que haya material nuevo todos los días: con una foto diaria de tus vaqueros con la camiseta de turno no vas a llegar muy lejos.
- Dominar las dos poses básicas, a saber: Apoyada en una pared, con una pierna doblada para apoyar el pie en el susodicho muro y mirando para un lado distraída; cabeza ladeada, mirada al suelo y pies para dentro. Ya cuando tengas soltura irás probando más cosas, pero esto es lo fundamental para empezar.

Tienes esas cosas? Bien. Ya puedes lanzarte a la tarea de escribir, eso sí, teniendo en cuenta que debes dominar el argot. Hay una terminología básica que vas a usar independientemente de que seas una modelo que muestra cómo se viste fuera de las pasarelas para moverse por Milán, o que estés en paro y vayas a enseñar cómo sacar partido a tu mínimo presupuesto en el mercadillo. He aquí los términos básicos, con su traducción al lenguaje del común de los mortales:

-Outfit: El modelito. La combinación de todo lo que llevas puesto en esos momentos. Por ejemplo, tu foto de “Outfit para sacar a pasear a Toby”, compuesto por pantalón de chándal Decathlon, camiseta “en mi boca no entran moscas pero entran pollas como roscas” de la despedida de soltera de tu amiga Manoli, sudadera del chándal del colegio de los hermanos maristas (vintage), deportivas marca Pluma del mercadillo, riñonera de los chinos pa llevar las llaves y las bolsitas de plástico.
- Vintage: En el universo blogueril, cualquier prenda de antigüedad comprendida entre hace cinco temporadas y la Sábana Santa. Cualquier cosa que no recuerdes/sepas que había en los armarios de tu casa y que no sea última tendencia es bienvenida en un outfit si lo bautizas como vintage: da igual que sea un vestido de los años 50 perteneciente a tu abuela que hayas llevado a arreglar para ponerlo tú (que por ahí irían en sus inicios los tiros del término vintage) a que sea una camiseta de los Hombres G que le había venido a tu hermana mayor de regalo con una Super Pop en el 87.
- Old: difusa franja intermedia entre lo vintage y lo actual. Aquí entraría cualquier cosa que no esté ya a la venta en la tienda en concreto donde lo compraste. Así, por ejemplo, si para la boda de tu amiga Manoli te pones el vestido que usó tu hermana para su graduación hace diez años, llevas una prenda vintage. Si para la boda de tu amiga Manoli le pides a tu hermana el vestido que llevó la pasada nochevieja, es old.
-Trendy: cualquier combinación extraña de prendas que se haya puesto recientemente una de las blogueras superinfluyentes o una “it girl”. Da igual que la gente te mire raro por la calle, que el atuendo resultante quede sospechosamente similar al del Señor Barragán o que con tu pandero y ese mono parezcas el teletubbie morado. Si se lo ha puesto una de las de Gossip Girl o la bloguera de moda, es trendy y tienes que hacer tu versión del modelito.
-It girl: chica famosa por llevar siempre cosas trendys que todo el mundo va a acabar copiando. Sale siempre en las revistas de moda. Algunas son actrices, y muchas no se sabe exactamente a qué se dedican, pero oye, como el Vogue las saque saliendo del Starbucks con chanclas y calcetines, de repente será super cool.

Y con esto ya tenéis para ir empezando.Si alguna se anima y llega a gurú famosa de esas a las que invitan a desfiles y regalan prendas para que haga promoción, cualquier regalo de agradecimiento será bienvenido...